La ofensiva diplomática de Nicolás Maduro se da dos días antes de la reunión de Unasur, donde Colombia prometió presentar nuevas pruebas de la tolerancia de Caracas hacia estos grupos armados.
Maduro emprendió una gira por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y Bolivia, con miras al nuevo cara a cara con Colombia en la reunión de Unasur en Quito.
Chávez llamó también a sus colegas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Lula da Silva, para hablar sobre la crisis con Colombia.
La ofensiva diplomática venezolana pasó también por Cuba, donde una delegación del gobierno Chávez fue recibida por el presidente Raúl Castro con una declaración que destacaba "el derecho" de Chávez a defenderse de "amenazas y provocaciones".
"Luchamos por la paz y la armonía entre nuestros pueblos, y nuestras gestiones siempre tendrán ese objetivo. Pero en caso de cualquier problema, que nadie tenga la menor duda del lado de quién estará Cuba", dijo Castro ayer.
Y en la ONU, el embajador venezolano radicó una carta en la niega que las Farc tengan campamentos permanentes en ese país. El documento dice que las denuncias colombianas son falsas.
En Washington, el Departamento de Estado fue enfático en señalar que EE. UU. no tiene "intención alguna" de realizar acciones militares contra Venezuela y que desea continuar comprándole petróleo a Chávez, en respuesta a las declaraciones del domingo en las que el presidente venezolano habló de una eventual guerra con Colombia, orquestada por el gobierno Obama.
Voceros de la Cancillería norteamericana señalaron que los negocios energéticos con Venezuela generan un "beneficio común" para las dos naciones, y pidieron que Caracas y Bogotá trabajen sus diferencias a través del "diálogo y la diplomacia" como único camino para garantizar "fronteras seguras y pacíficas".
El Departamento de Estado, de todos modos, insistió en que las denuncias colombianas de la semana pasada en la OEA deben ser investigadas plenamente y sugirió que sean "entidades internacionales competentes" las que adelanten una verificación.
Fuente - El Tiempo
Maduro emprendió una gira por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y Bolivia, con miras al nuevo cara a cara con Colombia en la reunión de Unasur en Quito.
Chávez llamó también a sus colegas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Lula da Silva, para hablar sobre la crisis con Colombia.
La ofensiva diplomática venezolana pasó también por Cuba, donde una delegación del gobierno Chávez fue recibida por el presidente Raúl Castro con una declaración que destacaba "el derecho" de Chávez a defenderse de "amenazas y provocaciones".
"Luchamos por la paz y la armonía entre nuestros pueblos, y nuestras gestiones siempre tendrán ese objetivo. Pero en caso de cualquier problema, que nadie tenga la menor duda del lado de quién estará Cuba", dijo Castro ayer.
Y en la ONU, el embajador venezolano radicó una carta en la niega que las Farc tengan campamentos permanentes en ese país. El documento dice que las denuncias colombianas son falsas.
En Washington, el Departamento de Estado fue enfático en señalar que EE. UU. no tiene "intención alguna" de realizar acciones militares contra Venezuela y que desea continuar comprándole petróleo a Chávez, en respuesta a las declaraciones del domingo en las que el presidente venezolano habló de una eventual guerra con Colombia, orquestada por el gobierno Obama.
Voceros de la Cancillería norteamericana señalaron que los negocios energéticos con Venezuela generan un "beneficio común" para las dos naciones, y pidieron que Caracas y Bogotá trabajen sus diferencias a través del "diálogo y la diplomacia" como único camino para garantizar "fronteras seguras y pacíficas".
El Departamento de Estado, de todos modos, insistió en que las denuncias colombianas de la semana pasada en la OEA deben ser investigadas plenamente y sugirió que sean "entidades internacionales competentes" las que adelanten una verificación.
Fuente - El Tiempo
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